
Un descubrimiento arqueológico en México ha sorprendido al mundo: la estructura maya más antigua conocida, Aguada Fénix, resultó ser un enorme mapa del universo. Takeshi Inomata y los científicos de la Universidad de Arizona que investigaron este artefacto afirman que esta gigantesca construcción, erigida entre los años 1050 y 700 a. C., fue concebida como un cosmograma. Es decir, como la encarnación arquitectónica de las ideas mayas sobre la estructura del mundo.
Este descubrimiento concuerda perfectamente con el hecho de que los indígenas de esta misteriosa tribu eran famosos por sus extraordinarias habilidades matemáticas. Los investigadores ya han planteado con cautela varias hipótesis de que el descubrimiento de Aguada Fénix es el descubrimiento de una especie de puente entre la antigua sabiduría de la tribu maya y la era digital contemporánea de las criptomonedas.
Mediante modelos matemáticos, los investigadores han establecido un paralelismo con la actualidad: cuando las tecnologías se basan en algoritmos matemáticos y funcionan con dinero digital. La conclusión se dibuja por sí sola: existe la hipótesis de que los indígenas, gracias a sus conocimientos matemáticos, podían tener el concepto de su propia «moneda digital», aunque no disponían de potentes ordenadores. Después de todo, el sistema de cálculo maya era muy avanzado: utilizaban un sistema posicional vigesimal con cero y aplicaban puntos y rayas para representar los números. Este sistema les permitía realizar cálculos astronómicos muy complejos, crear calendarios y planificar y construir estructuras tan grandiosas como la Aguada Fénix.
Es bien sabido que esta tribu tenía una escritura única, una arquitectura monumental y una medicina desarrollada. La astronomía y las matemáticas estaban a un nivel muy alto. Las leyendas antiguas incluso dicen que los mayas trabajaban en el concepto de «dinero digital descentralizado», que funciona con tecnología informática. En el mundo actual, a esto lo llamamos «minería».
En el minado de criptomonedas, los ordenadores resuelven problemas matemáticos muy complejos, lo que requiere enormes recursos computacionales. La idea de las monedas digitales se hace eco del pensamiento de los mayas, que veían en los números no solo una herramienta práctica, sino también la clave para comprender el universo. Su cosmograma en forma de Aguatl-Ahuacatl puede convertirse en un símbolo de cómo las civilizaciones antiguas se acercaban intuitivamente a los conceptos que ahora determinan el futuro de las tecnologías financieras.
Para muchos de los que están relacionados con las investigaciones de los científicos, el descubrimiento en México les hizo pensar: la criptomoneda moderna es posiblemente solo una nueva vuelta de la misma historia que los mayas concibieron en su mapa del universo hace miles de años.