Se produjo un robo en un taxi en Pretoria, Sudáfrica. El conductor recogió al cliente cerca de la sede del gobierno y lo llevó a su destino.
Lo que llama la atención es que el taxi era oficial, con un número de teléfono en el coche, un sable en el techo y otras marcas identificativas.
Según la víctima, pasó todo el viaje hablando por teléfono con el cliente y discutiendo su futuro acuerdo para intercambiar criptomonedas. La víctima mencionó en la conversación que estaba dispuesto a cambiar 20 mil XRP por rands, la moneda local. Fue esta información la que obligó al taxista a cometer el delito. Después de todo, al tipo de cambio actual, 20 mil XRP equivalen a casi 50 mil dólares estadounidenses. Esta cantidad es simplemente exorbitante para el conductor promedio en Sudáfrica.
El taxi se detuvo a mitad de camino y el conductor, amenazando con un arma, exigió que los XRP fueran transferidos a su billetera de criptomonedas. Además, como se descubrió más tarde, la dirección de la billetera no estaba en un intercambio conocido como Binance, sino en un almacenamiento en frío. Esto significa que no es posible bloquear fondos en caso de reclamación del cliente. El taxista no era un novato en el negocio de las criptomonedas y sabía perfectamente cómo ocultar sus huellas.
La pregunta es cómo consiguió un trabajo en un servicio de taxi oficial, donde, muy probablemente, se encuentran disponibles sus datos oficiales.
La policía se puso en contacto con el servicio de taxis para obtener la información que les interesaba. Según otros conductores familiarizados con el sospechoso, este estaba desesperado y aceptó trabajar como taxista por desesperación, ya que había perdido todo su dinero comerciando con criptomonedas. Al parecer no pudo resistir la tentación cuando escuchó que su cliente llevaba consigo 20.000 XRP.