La Costa del Sol, el complejo turístico mediterráneo más meridional de España, situado entre las costas de la Costa Tropical y el Campo de Gibraltar, fue el escenario de una terrible historia policíaca llena de dramatismo. Posteriormente, la policía española publicó los detalles de la operación, que duró siete horas, y un vídeo en el que se ve cómo los agentes de la CNP rodearon el Audi con los delincuentes, después de que la víctima de los criminales lograra escapar.
Los periodistas pudieron hablar tanto con los investigadores como con el criptomillonario afectado, y estos contaron cosas terribles.
«Los delincuentes planearon el delito tras descubrir la buena situación económica de la víctima y su acceso a grandes cantidades de criptomonedas. Los hombres tomaron al empresario como rehén y exigieron 25 000 libras esterlinas (30 000 euros). Sin embargo, el criptomillonario secuestrado logró liberarse gracias a su ingenio.
La víctima logró engañar a los secuestradores llamando a un amigo en Londres y explicándole todo. Los tres británicos han sido detenidos como sospechosos de secuestro, lesiones, pertenencia a una organización criminal, posesión ilegal de armas y tráfico de drogas», informaron los agentes de policía.
Además, durante el registro del apartamento, la policía encontró más de 8000 libras esterlinas en euros, armas, 25 gramos de cocaína rosa y otras pruebas. Actualmente, los tres están detenidos y bajo custodia.
«Estoy acostumbrado a los riesgos: el mercado es inestable y los clientes son muy diversos. Pero lo que me pasó en España no es negocio. Fue una trampa, tortura y una lucha por la vida.
En Xabia conocí por casualidad a tres británicos. Parecían turistas normales. Eran muy educados, habladores, un poco insistentes. Uno de ellos me invitó a cenar a un apartamento en la vecina ciudad turística de Estepona. Y yo acepté la invitación. Allí me detuvieron, me ataron y me amenazaron de muerte hasta que les di acceso a las carteras de criptomonedas de mis clientes.
Estaba tirado en el suelo y escuchaba cómo uno de ellos decía que había que «hacerlo bien». Estaban armados. Había pistolas, cuchillos e incluso cocaína sobre la mesa. Me di cuenta de que, si no encontraba la manera de escapar, me matarían. Y se me ocurrió una idea. Les dije que necesitaba contactar con un socio en Londres para acceder a las carteras. Me dieron un teléfono. Llamé a mi amigo, pero en lugar de decirle las contraseñas, le susurré: «Estoy cautivo».
La investigación está determinando cómo se enteraron de mis activos, pero sospecho que alguno de mis antiguos clientes filtró la información. Les interesaban las grandes sumas de dinero y estaban dispuestos a matar...», recuerda el propio empresario.
Posteriormente, la noticia de que en España se había abierto una investigación sobre el secuestro de un corredor de criptomonedas británico se difundió por todos los medios de comunicación de renombre mundial.