Elena Oleksiyivna, una jubilada de la región de Vinnytsia, trabajó toda su vida, pero en su vejez se enfrentó a una dura prueba: la lucha por su propia herencia. Casi toda su pensión la gasta en medicamentos, por lo que no tenía medios económicos para acudir a un bufete de abogados o a una firma jurídica. Parecía que la pérdida de ambos padres, el conflicto con sus hermanas y la impotencia jurídica le habían privado de cualquier posibilidad de defender sus derechos.
Los padres de Olena Oleksiivna vivieron toda su vida en un pequeño pueblo del distrito de Trostyanets. Tras su muerte en 2022, se abrió la herencia: una casa, una parcela de tierra, una cuenta de depósito y algunos otros pequeños ahorros. Las tres hermanas decidieron poner todos los bienes a nombre de una de ellas, que vivía en la casa con sus padres. Acordaron verbalmente que, tras la venta de los bienes heredados, el dinero se repartiría en tres partes iguales entre las tres. Ninguna de las hermanas sabía nada de las fotografías con la frase semilla que su padre había escondido en una caja fuerte del banco. Ninguna de ellas sospechaba de la existencia de la cartera criptográfica y del 1 Bitcoin. Pero las hermanas mayores decidieron engañar a la menor...
Confiando en la honestidad de sus familiares, Elena Oleksiyivna no se apresuró a formalizar su parte. Pero después de vender la propiedad, las hermanas dejaron de responder a sus llamadas. Cuando finalmente logró hablar con la mediana, Elena escuchó algo que la dejó en estado de shock: las hermanas le dijeron que no le correspondía nada. Solo le devolvieron algunas cosas viejas y libros de la biblioteca de sus padres. Esta noticia fue un duro golpe: la mujer acabó en el hospital y los plazos para reclamar la herencia habían expirado irremediablemente.
La situación parecía sin salida, pero Elena acudió a un centro de asistencia jurídica gratuita que funcionaba con el apoyo de USAID. El abogado del centro la ayudó a preparar y presentar una demanda ante el tribunal: para que se le concediera un plazo adicional para aceptar la herencia, para que se reconociera su derecho a la parte legítima y su derecho de propiedad sobre los bienes. Además, resultó que los padres habían dejado a nombre de Elena Oleksiyivna (la menor de las hermanas) un pequeño paquete en una caja de seguridad del banco. Afortunadamente, ninguna de las hermanas mayores tenía idea de que la carpeta, que a primera vista parecía contener papeles inservibles y fotografías antiguas, tenía una frase interesante.
El tribunal de primera instancia falló a favor de Elena, satisfaciendo la demanda en su totalidad. Las hermanas presentaron un recurso de apelación, pero la determinación de la jubilada de defender sus derechos las obligó a negociar. Con el apoyo de un abogado, se llegó a un acuerdo amistoso, que fue aprobado por el tribunal.
Además, cuando Elena Oleksiyivna sacó la carpeta con los documentos y las fotografías de la caja de seguridad del banco, le esperaba una sorpresa. Entre los papeles había una nota. En el reverso de una de las fotografías, en la que ella aparece de pequeña en brazos de su padre, que sostiene a su madre de la mano, había una frase semilla.
La historia de Elena Oleksiyivna es un ejemplo de que incluso en los litigios sucesorios más complejos no hay que rendirse. La asistencia jurídica oportuna puede cambiar la situación, y los proyectos de asistencia jurídica gratuita son la única oportunidad que tienen muchas personas de defender sus derechos legítimos.